miércoles, febrero 22, 2006

Rodeado por un Aura de dignitas, mirando a todos desde el pedestal de su cargo y su posicion Varo paso bajo la cortina mientras Pirro la sostenia y tras saludar a un par de notables con una leve inclinacion de cabeza, tomo asiento en la mesa de cabecera. Con un afectado ademan se volvio hacia Arminio a su derecha, vestido con su uniforme y coraza de prefecto auxilia.

- Arminio, me sorprende ver que no llevais vuestra toga de caballero.
- Me disculpares, Quintilio Varo, pero ya que estamos en campaña considere mas apropiado vestirme de acuerdo a ello.
- Estais muy equivocado, en esta provincia reina la Pax Romana y los ciudadanos romanos deberian vestir de forma civilizada. Siempre que les resulte posible, al menos. Una persona como vos, ciudadano y miembro del Orden Equites deberia dar ejemplo a sus conciudadanos.
- Lo tendre en cuenta en el futuro, excelencia.
- Asi lo espero. Es vital que vuestros salvajes compatriotas se acostumbren a ver a los romanos como sus gobernantes, no como enemigos a combatir. Sin duda comprendereis la importancia de gestos como acudir a la cena con ropa civil para lograr este objetivo. Roma no es solo su ejercito, es una forma de ver el mundo.
- No podria estar mas de acuerdo con vos, Gobernador-

Hasta Varo se abria puesto en guardia si hubiera visto la sonrisa lobuna con la que Arminio dijo esto ultimo. Pero ya se habia vuelto hacia otro comensal.

viernes, febrero 17, 2006

Quintilio Varo contuvo levemente la respiracion mientras Pirro le colocaba la toga alrededor del torso. Al otro lado de la cortina, a la luz de las lamparas de aceite se veian las siluetas vacilantes de los primeros comensales que llegaban al banquete nocturno. La toga, del mas fino lino egipcio, era algo fresca para Germania, incluso en invierno, pero era un regalo de Augusto, y Varro estaba convencido de que le traia buena suerte. Y hoy queria causar una gran impresion a los jefes barbaros de su comitiva, en esta su primera noche en Germania.
Queria dejarles claro tanto que sus intenciones eran impartir justica y fortalezar la Pax Romana como que se sentio lo bastante seguro como para adoptar en plena Germania la misma vestimenta que llevaria en su domus de Roma.
Pirro termino de colocarle su tunica, con su ancha franja purpura senatorial y le trajo un espejo de bronce de cuerpo entero, en el que Quintilio pudo admirar su aspecto. Si, una imagen apropiada para impresionar a aquel hatajo de salvajes.
- Pirro, ve y mira a ver cuantos han llegado ya.
- Si, señor.
El pequeño epirota dio los ultimos retoques a la toga de su amo, y asomo la cabeza al otro lado de la cortina. La mitad o asi de las sillas habian sido ya ocupadas, y justo en ese momento entraba el caballero Arminio, uno de los germanos falderos de su señor.

jueves, febrero 16, 2006

Arminio repaso su atuendo por ultima vez: botas limpias, grebas correctamente colocadas, coraza ceñida, yelmo pulido... Un momento, se olvidaba de su anillo de caballero, no queria que Varo pensara que despreciaba el honor que los romanos le habian hecho al convertirlo en miembro del orden ecuestre. Ademas le encataba ver las miradas resentidas de tantos legionarios, especialmente de los oficiales.
Abrio un pequeño cofre donde guardaba ciertos objetos personales de pequeño tamaño como sus dientes de leche y algunas joyas de su botin de Dalmacia y traspaso la puerta de su tienda.
Era una noche sin luna, y solo la luz de las hogueras iluminaba el campamento. Su escolta , hombres fieles que habian servido con el en Dalmacia le aguardaba con antorchas encendidas para guiarle hacia la tienda de Varo, en medio de las ordenadas filas de tiendas.
Durante el trayecto, Arminio volvio a preguntarse a si mismo si no estaba destinado a fracasar. Una ciudad de diezmil almas levantada en medio de la nada en solo una tarde. Por supuesto para un romano llamar ciudad a un campamento legionario era ridiculo, pero para los compatriotas de Arminio, para los que una aldea de cien habitantes era casi una metropolis, era algo sobrecogedor. Aun lo era para él, y lo habia visto docenas de veces.
Habia llegado la primavera a Germania. El Viejo Rhin fluia joven de nuevo gracias a la nueva sangre recibida del deshielo. Como un niño travieso, amenazaba con revosar su cauce para alcanzr las copas de los arboles.
Pero ni eso detendria a los romanos, penso un abatido Arminio, mientras veia a las barcazas cruzar a los soldados de la XIX legion. Sus compañeros de la XVIII ya estaban en la ribera germana y trabajaban incansablemente talando arboles para montar el primer campamento en suelo germano en este año. Y recordando una vez mas a Arminio la fortaleza e implacabilidad de la maquinaria romana. Cuando las legiones se marcharan en un par de dias, donde antes habia habido bosque casi virgen, habria un paisaje de tocones y empalizadas abandonadas que gritaria "Roma estuvo aqui".
Arminio el Querusco era el jefe germano que infligio a los romanos la humillante derrota de Teutoburgo, donde fueron aniquiladas tres legiones. El proposito de este blog es aprovechar esta figura historica para trazar una historia legendaria como fondo para una campaña de rol.
En un mundo de magia y leyenda, donde elfos, enanos y trolls deambulan por las inmensas selvas germanas, y las acciones de los hombres son vigiladas atentamente por los dioses nordicos, ¿cual habria sido la historia de Arminio?.