jueves, febrero 16, 2006

Habia llegado la primavera a Germania. El Viejo Rhin fluia joven de nuevo gracias a la nueva sangre recibida del deshielo. Como un niño travieso, amenazaba con revosar su cauce para alcanzr las copas de los arboles.
Pero ni eso detendria a los romanos, penso un abatido Arminio, mientras veia a las barcazas cruzar a los soldados de la XIX legion. Sus compañeros de la XVIII ya estaban en la ribera germana y trabajaban incansablemente talando arboles para montar el primer campamento en suelo germano en este año. Y recordando una vez mas a Arminio la fortaleza e implacabilidad de la maquinaria romana. Cuando las legiones se marcharan en un par de dias, donde antes habia habido bosque casi virgen, habria un paisaje de tocones y empalizadas abandonadas que gritaria "Roma estuvo aqui".

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