jueves, marzo 30, 2006

GERMANIA, UNA FRIA NOCHE DE ABRIL DEL AÑO 762 Ad Urbe Condita (9 D.C).Media centuria al mando de un recio hispalense llamado Cayo Cota espera alrededor de cuatro grandes hogueras en perfecta formacion, escudo junto a escudo, el ataque de un grupo de bandoleros conocidos por los habitantes de estos contornos como los "werewolf" o algo asi. El grupo de exploradores que ha puesto en alerta al centurion Cota ha hablado entre balbuceos de hombres acompañados de lobos, mucho mejor armados que el tipico guerrero bructerio y guiados por una especie de genio del bosque de color verde. Cosas asi aturdirian a otros hombres, pero no a Cota. El sabe que en estas situaciones combiene poner a la gente a hacer algo lo antes posible para que no piensen en lo que no deben. Cota empieza a gritar ordenes, el entrenamiento y la experiencia de años se imponen y los legionarios forman un cuadrilatero casi perfecto. Tras un par de horas de tensa espera empiezan a oirse los primeros gritos de los germanos, y finalmente estos se lanzan a la carga lanzando terribles alaridos. Las dos descargas sucesivas de pilums a las que deben enfrentarse no los arredran, vienen acompañados por una jauria de lobos enormes y algunos de ellos llevan cotas de anillos y espadas largas en lugar de las pieles y las jabalinas tipicas de los germanos. Algo huele a podrido en Germania. Pero nuevamente especular no es un lujo que los hombres de la XIV legion se puedan permitir ahora mismo, aprientan las filas y aguantan el primer embate de los werewolf, los de dos y los de cuatro patas. Tras el primer envite, pronto las cosas se ponen feas para los barbaros. Sin espacio paria maniobrar por la presion de las filas posteriores, ya no pueden emplear sus armas efizcamente, mientras que los terribles gladius hispanienses de los legionarios son empleados con despieda eficacia por sus propietarios. Pronto un lobuno gañido de derrota resuena en la noche cuando el lider de los atacantes, un enorme lobo negro, perece con el gladius de Cayo Cota hundido en la garganta, hoja certera imbuida del poder de Marte Vengador . Y entonces se descubre que no era un lobo despues de todo.

jueves, marzo 09, 2006

-"¿Claudio?"
-"¿Es que tienes algun otro?.Crei que el colegio de pontifices seria el lugar adecuado para el. Vida retirada, muchos libros, memorizar rituales... la vida adecuada para un erudito. Pero desde que entro en el colegio no hace mas que enredar con los codices mas antiguos. Se ha molestado en aprender etrusco para acceder a algunas de las predicciones mas antiguas de la Sibila, y me importuna constantemente con sus descubrimientos. Se ha tirado meses hablandome de los desornes religiosos de Judea, no se que de la llegada de un tal Mesias, y ahora parece estar obsesionado con Germania"
-"Es deber del colegio de pontifices el interpretar los libros sibilinos y aconsejar al Estado segun lo que figure en ellos"
-"Los libros sibilinos son un monton de dobles sentidos envueltos en una prosa tan plumbea como pesima. Nadie se los ha tomado en serio durante siglos, por eso hice una buena purga de ellos, pero por lo visto se me escaparon algunos, y tu hijo no ha tenido el sentido comun de dejar las cosas como estaban. Quiero que hables con él y le dejes las cosas claras. Al menos ha tenido el sentido comun de no hablar con nadie mas de estos asuntos. Lo ultimo que necesitamos es que lleguen a la plebe más rumores de catastrofes."

martes, marzo 07, 2006

MIENTRAS, EN ROMA

"Abrid paso a Druso Cesar, hijo y heredero de Augusto", gritaban los lictores mientras obligaban a la muchedumbre que abarrotaba el Foro a apartarse. En la mejor tradicion republicana, el segundo hombre de Roma caminaba por las calles soportando las mismas incomodidades que el ultimo de los ciudadanos.
Aunque, gracias a su escolata de doce lictores, no tenia que abrirse paso a empellones, si que tenia que soportar los exabruptos que los alborotadores podrian lanzarle camuflados entre la masa y la vision de las pintadas en los muros. Hoy, al poco de salir de casa camino del Senado, Druso se habia encontrado de cara con una pintada que decia "¿como llamarias al hombre que tiene que adoptar a su propio hijo para hacerle heredero?".
Tras salir del hervidero que era el Foro, Druso y su comitiva se dirigieron con toda la rapidez que su dignitas permitia hacia la casa de Augusto en el Palatino. Al Princeps le gustaba aparentar sencillez republicana, aunque si era necesario podia actuar como el mas despiadado de los tiranos orientales, y su casa, aunque explendida, era una más entre las que los patricios romanos habian construido en aquella colina con el fruto de sus botines recogidos en medio mundo. Los guardias pretorianos, ataviados con unas armaduras anacronicas que hacian pensar a Druso que Anibal habia alcanzado de nuevo las puertas de la ciudad, le abrieron paso hacia el atrium, donde el mayordomo le espera para llevarle a presencia del Cesár en el jardin.
El anciano decrepito que era Augusto inclino la cabeza e hizo un gesto a Druso para que se sentara a su derecha.
-"Te he llamado para hablar de ese hijo tuyo"
-"Germanico?"
-"No, el otro"