lunes, abril 15, 2013

El Origen de las Hijas de Freya

Durante siglos, el origen de las Hijas de Freya, la misteriosa hermandad de mujeres guerreras que aparecio entre los pueblos germánicos emigrados a Gran Bretaña durante la Edad Oscura, ha sido un misterio. Sin embargo, recientemente en una excavación cerca de Bergen,Noruega, se descubrio una caja de madera de boj con refuerzos metalicos, de factura anglosajona, que contenía algunos pergaminos. La restauración esta siendo compleja y se esta llevando a cabo con mucho cuidado, sin embargo se ha  publicado en medios academicos un primer fragmento, que se conoce como el Fragmento de los Beornlingas, que ilustra la fundación de la sociedad de mujeres guerreras a la que hemos aludido anteriormente. Hemos volcado el texto al lenguaje moderno y a prosa, en espera de una traducción en verso adecuada....




La brisa marina agitaba suavemente la llama de la cabellara de Hildr Thorbjornsdöttir, arrancando susurros melancolicos del gran fresno. Hildr se agacho junto a la gran roca colocada bajo el viejo árbol, imagen del Arbol del Mundo, y paso su mano derecha delicadamente sobre ella, ¿eran solo líquenes o podian ser realmente manchas de sangre, mudas testigos de la atrocidad que habia tenido lugar aquí?, ¿le mostraria la roca lo ocurrido?, ¿quería ella verlo?, ¿como podía consevar este lugar su bellezab después de lo que había ocurrido?.

Se alzo, alisandose la falda de lana,  mientras se volvia hacia Frithuwald, el hirdman de Horsa.
-¿Como ocurrió, por que estaban las mujeres y los niños solos?.
-De eso quizás sepas mas tu que yo, hechicera, Eadgifu, las esposa del Rey Horsa, era la godi de Freyja e iba dirigir el ritual. Fue ella la que dijo que no debía haber hombres presentes.
-Y os quedasteis todos en la Sala, hartándoos de cerveza y carne, y fornicando con las criadas, mientras las mujeres y los niños eran asesinados”, interrumpió secamente Jörunn Hrolfsdöttir.

Con el rostro crispado de rabia, el guerrero desenvaino su espada. Hildr tuvo que poner todo su empeño en calmar a ambos y conseguir que el hirman continuara contando lo ocurrido hace seis meses,

Eadgifu, la reina de Horsa, era una mujer de fuerte carácter, y de no haber sido la mujer de quien era, podría haber sido una volva por derecho propio. Cuando la construcción del asentamiento de Thanet ya estaba bastante avanzada, busco un lugar destacado donde hacer un sacrificio a Freyja que asegurara la fecundidad en la próxima estación. Decidió llevar a cabo el ritual en un apartado promontorio donde había un gran fresno, e indico que no debía haber varones de mas de doce años presentes. El ritual duraría desde la puesta de sol hasta el amanecer. Las mujeres y los niños, unas dos docenas aproximadamente, incluyendo al hijo y las dos hijas de Horsa, encendieron un gran fuego bajo el altar y sacrificaron varias cabras.

Pero al dia siguiente, algo fue mal. Es cierto que Horsa y varios de sus seguidores habían aprovechado la ausencia de las mujeres para realizar una fiesta como las de sus años de solteros en su Gran Sala, pero tampoco había sido ninguna orgía, todos se habían retirado a dormir mucho antes de la Hora del Lobo. En aquellos días los sajones de Thanet eran algo negligentes con la vigilancia, ya que se creían a salvo, rodeados por el mar y en territorio amigo, protegidos por el Alto Rey Vortigern. Cuando a eso de media mañana alguien decidió acercarse hacia el promontorio para averiguar por que no volvían las mujeres y los niños y se encontró con una masacre.

Todos, tanto mujeres como niños habían sido asesinados, la misma Eadgifu había sido colgada del fresno y los cadáveres habían sido apilados bajo el altar, donde se habían trazo cruces con la sangre de los muertos. Las únicas que no aparecieron fueron tres muchachas, de unos quince años.

Aunque aún no se sabe quien realizo el ataque, las huellas de calzado, y las flechas y otros objetos que se encontraron en el lugar son de factura celta, por lo que Hengist y Horsa culpan a alguno de los enemigos de Vortigern, que mediante este acto cobarde y cruel pretendían amedrentar a sus nuevos súbditos continentales. Nada más se sabe nada más al respecto. El rey Horsa ha caído presa del abatimiento y el remordimiento, y sin el firme sostén de su amada reina se ha convertido en poco mas que una sombra de su hermano gemelo.

Compungida por su arranque de ira, Jörunn se disculpa con el joven guerrero sajón, sobre todo tras confesar Frithuwald que su hermana Raedburh es una de las muchachas desaparecidas.

**-Hay que terminar el ritual, este lugar debe ser purificado y el sacrificio a la diosa completado, dijo Hildr solemnemente, sorprendida de su propia convicción.

- Jörunn miro orgullosamente a su amiga y añadio:
“Yo me ocupare de proteger la ceremonia, Seguro que encuentro algunas mujeres dispuestas y entrenadas en las armas. Protegeremos el santuario como si fuéramos las mismísimas hijas de Freyja.

-Hijas de Freyja. Me gusta como suena, añadió Hildr esbozando una sonrisa.

Final alternativo y mejorado de +Carlos de la Cruz Morales :

**
Cuando volvieron al Gran Salon de Horsa, Hildr, hija de Thornbourn, hablo así:

- Hay que terminar el ritual, este lugar debe ser purificado y el sacrificio a la diosa completado, dijo Hildr solemnemente, sorprendida de su propia convicción.

Jörunn miró a su amiga y añadió:

- Pero, ¿cómo evitaremos que vuelva a suceder lo que ya ha pasado? Los hombres no pueden estar presentes en el ritual a la diosa, Freyja no lo aceptaría.

Hildr volvió a hablar, con un tono poderoso, sobrenatural

. - Buscaremos a mujeres que estén dispuestas a empuñar las armas para proteger a sus hermanas. Cuando Freyja lideraba los rituales secretos que ningún hombre o dios puede presenciar, buscó entre sus hijas a aquellas más valientes, y éstas formaron un muro de espadas y escudos para proteger a sus hermanas de las depredaciones de los gigantes.

 Hildr miró a su alrededor, observando los rostros sobrecogidos de los hombres y mujeres de la tribu. Algunos se habían arrodillado, pues sentían que la diosa Freyja hablaba por boca de Hildr. 

- ¿Quién acudirá a la llamada de la diosa? ¿Quienes de entre vosotras está dispuesta a recorrer el camino de la sangre y de la muerte para proteger a sus hermanas, para honrar a la diosa? ¡Hijas de Freyja! ¿Os alzaréis en armas en esta hora aciaga?

Una mujer se levantó, alzando la espada de su marido. La primera Hija de Freyja


2 comentarios:

Carlos de la Cruz dijo...

Oye, me alegra que te haya gustado el final alternativo ;)

Ramón Domingo dijo...

Me encanta. Tiene ese toque de comunidad tan propio de Glorantha.