Dicho esto la visión, y por tanto la interpretación por parte de los jugadores, de este tipo de personaje, esta enormemente influenciado por una personalidad de ficción en concreto:
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El cimmerio favorito de todo el mundo. |
Dejadme que os aclare mi punto de vista mediante un ejempo que aparece en la obra del genial Jack Vance, ahora que acaba de dejarnos. El incidiente aparece en un relato que pertenece a la serie dedicada al detective y aventurero espacial Magnus Ridolph, y transcurre en una estación espacial, donde convergen humanos y alienigenas de muy distintas culturas. Durante la cena en la estación, Magnus se fija en un antropologo acompañado por un grupo de salvajes, y determina que son autenticos salvajes, ya que parecen cohibidos y tímidos, observando a los demás para saber como comportarse en la mesa. Si hubieran sido hombres civilizados, piensa Magnus, se habrían dedicado a romper platos y arrojar comida, ya que esto es lo que los hombres civilizados piensan que haría un salvaje.
Algo de esto hay en la visión howardiana del barbaro. Es una versión exagerada de ciertos comportamientos que se asociaban con los bárbaros, especialmente las tribus germánicas que acabaron con el Imperio Romano de Occidente, pero que tanto las fuentes históricas como las evidencias arqueológicas desmienten.
No es que los bárbaros no cometieran saqueos y pillajes, pero en realidad, en eso no había difrencia alguna con el comportamiento de las ejercitos de los generales romanos que habian luchado por el trono imperial durante siglos. Sila, Mario o Septimio Severo mataron a muchos mas ciudadanos cuando tomaron Roma que Alarico el Visigodo.
Cuando los bárbaros tienen su primera experiencia con la civilización, seguramente siente lo mismo cualquiera de nosotros (o al menos la inmensa mayoría), cuando nos encontramos ante un lugar o una situación nueva y extraña, sin puntos de referencia y sin saber como comportarnos. Seguro que todos hemos pasado por situaciones así, al llegar a un nuevo país, un nuevo colegio o un nuevo trabajo. Y sin duda eso que sentimos era solo una fracción de lo que podían sentir aquellos hombres que pasaban del mundo de las cabañas de madera y las calles de barro al de los acueductos y casas de piedra de seis pisos.
Creo que es un punto de vista a tener en cuenta y que merece la pena explorar a la hora de interpretar a uno de estos personajes, al menos si hablamos de barbaros jovencitos, que están teniendo sus primeros encuentros con este mundo nuevo y extraño. No se trata de que actúen como imbeciles, sino de aprovechar el hecho que cosas que un romano, por seguir con el ejemplo, da por sentado, son nuevas de ellos. Puede haber oído hablar de algunas de las costumbres y tecnologias de la civilización, pero incluso aunque los relatos que han llegado a ellos sean fidedignos, nada puede igualar a experimentarlos directamente. La primera visita a una casa de baños, la primera vez que vean una estatua de un dios o un héroe, el primer jardín... Averiguar que son esas cosas, aprender a disfrutar de ellas, aceptarlas y acabar echándolas de menos.
Tambien, como no, cometer errores de bulto, quedar en ridiculo, luchar por aprender un nuevo idioma y unas nuevas costumbres y enfrentarse a los prejuicios y la hostilidad..
En su revisión en el mundo del comic de Conan el Barbaro, los dibujantes y escritores de Dark Horse han sabido distanciarse de la version de Marvel en muchos aspectos, y la relación de Conan con la civilización es uno de ellos. Han buceado en los motivos que convirtieron al joven soñador atraído por las ciudades y sus misterios en el cínico vagabundo y les ha servido para crear nuevas historias y dotar al personaje de mas facetas. Podríamos hacer lo mismo en nuestras mesas de juego.